Pregunta de la lectora: Amo mis hermanas, pero reconozco que muchas veces me
irrito porque tenemos creencias religiosas diferentes y actitudes contrarias frente a la
vida. Soy positiva y busco como solucionar las cosas. Ellas son pesimistas, de todo
hacen un problema. A veces no quiere reunirme con ellas porque me siento agotada
con sus actitudes. ¿Qué puedo hacer?
Respuesta de la terapeuta: Reconocer la reacción que le provocan las diferencias es un punto de partida para asumir un cambio de actitud hacia ellas. Que sus hermanas profesen creencias distintas no necesariamente tiene que originar un conflicto y mucho menos un distanciamiento. Respetar y aceptar las creencias individuales es fundamental. Cada una tiene derecho a practicar una religión sin imponérsela a las demás, así como disfrutarla sin la intención de demostrar que la suya es la idónea.
Hacer esfuerzos para destacar que la suya es la apta y atacar la de las demás, sí se
constituye en una acción que arremete contra el derecho a la libertad de credo.
El reto entre ustedes es aprender nuevas formas de relación como hermanas, disfrutar
de las experiencias comunes y mantener el diálogo abierto a sabiendas de que
abordarán temas para preservar la identidad religiosa y familiar.
Si cada una es consciente de esta situación, el coste emocional que llevaría al desgaste
de la relación se reduciría. Estarán alertas a preservar su identidad una frente a la otra.
Las relaciones interpersonales familiares se colocarían por encima de los dogmas
religiosos. Obtendrán mayor beneficio al hablar de las experiencias religiosas, las ganancias espirituales y estilo de vida saludable, solo con el ánimo de celebrar los beneficios obtenidos.
En un ambiente de confianza y tolerancia se puede lograr. La espiritualidad, la conexión emocional, la calidad de la relación construida, el respeto mutuo y la tolerancia reforzarán el sentido de pertenencia familiar. Para preservar el enfoque positivo ante la vida también se debe asumir la misma actitud. Se puede elegir no dejarse arrastrar emocionalmente por el sentido de la vida de los demás.
Lo importante es mantener su actitud positiva ante la vida y sus creencias y preservar
sus relaciones sin fusionarse, así evita abrumarse. Recuerde que dependerá de la interpretación que usted haga de las actitudes de sus hermanas. Usted es responsable de sus reacciones. Tome conciencia y modifique su forma de reaccionar.

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