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Writer's pictureSoraya Lara

La no comunicación en la pareja

El poder de la No comunicación en la pareja

 

¿Sería posible no comunicarse? Se preguntarían ustedes . La comunicación tiene valor de mensaje y es de gran impacto en el otro, quien es el receptor del mensaje.

 

Toda comunicación implica un compromiso, impone una conducta al otro, confirma o rechaza. La comunicación valida o no la existencia del otro conocido.

 

La comunicación entre dos personas ocurre en un escenario donde existe un Yo y un Alter (el otro), un Tú, quienes se encuentran en un espacio de intimidad, unidos por un vínculo afectivo que define el significado de la relación y determina la fuerza emocional que imperará, la  distancia, la cercanía física o emocional. Estar muy cerca o muy lejos comunica sensaciones afectivas agradables, de buena compañía o no.  

 

La comunicación no verbal trasmite sensaciones agradables mediante el abrazo, la caricia, el beso, ungesto, una sonrisa o la expresión de la mirada.  En elsentido contrario, transmite sensaciones desagradables como el gesto de desprecio, la mirada amenazante, el puño que amenaza, el dedo que intimida, la respiración que atemoriza. Estas formas de comunicación definen la relación: ¿de quién  y por qué se  acerca o se distancia?

 

He sido testigo de abrazos de personas a  sus parejas, recibidos con brazos tiesos, hacia abajo. Le llamo la huelga de los brazos caídos. No se percibe la reciprocidad afectiva. He escuchado un sinnúmero de veces que la pareja dice:

¡Pero abrázame!. Esta ausencia de reciprocidad puede responder a la asimetría rígida en la relación afectiva. 

 

La ausencia de reciprocidad, es otra forma  de comunicación, no se da el intercambio mutuo que nutre  y estimula el diálogo del amor. ¿Qué suele pasar? Seincrementa  la posibilidad de que las expresiones amorosas se extingan o se reduzcan significativamente. La inconsistencia, y la predecibilidad  de la no respuesta debilita la conducta de la persona que no esretroalimentada. La reciprocidad física en la pareja, estimula la producción de la hormona del amor, la oxitocina, la muy conocida como la hormona del vínculo, que tiene una función importante en el establecimiento del apego, provoca sensación placentera  y fomenta la confianza.

 

No comunicar obliga a la otra persona a elegir distintos significados.  La pareja que no comunica, deja claro que no quiere comunicar. Esta postura coloca a la persona en la posición de poder, definiendo la relación asimétrica.Uno que solicita información, que demanda un diálogo y el otro que se niega.

 

No contar, no decir, guardar silencio es una forma de rechazar la comunicación con el otro, con quien se convive. Este rechazo puede incluir no  emitir sonidos, señales y conductas, obligando al otro a no iniciar el diálogo, abandonando todo intento. Veamos un ejemplo: inicias el diálogo, la otra persona sigue leyendo el periódico, un libro, el celular, viendo la televisión. Puedes insistir, pero si no encuentras reciprocidad,abandonas. Si este proceso comunicacional produce reiteradamente, se quebranta la comunicación, quedando la otra persona en la imposibilidad de comunicarse. Así se va instaurando la comunicación patológica. Trae consecuencias de tipo psicológica y emocional. Las personas suelen deprimirse y sufrir alteraciones cognitivas. Crea una sensación de desesperación y enojo dada la ausencia de confirmación y validación como persona interlocutora. La posibilidad de un diálogo abierto, claro, fluido y asertivo no se constituye en un modelo comunicacional.

 

Existen técnicas de descalificación de la comunicación.  La persona puede comunicarse de tal forma que su propia comunicación o la del otro queden invalidadas.Las descalificaciones abarcan una amplia gama de fenómenos comunicacionales, tales como: autocontradicciones, incongruencias, cambios de tema, tangencializaciones, oraciones incompletas, malentendidos, estilo oscuro, entre otras. Nos dicen: Watzlawick, Beavin, Jackson (1995).

 

El filósofo Gerald H. Zuk, nos dice: Las estrategias de silenciamiento son un fenómeno interpersonal amplio y represivo, y, en muchos casos, son maneras aceptas socialmente de castigar a los individuos por la falta percibida.  Nos habla de que existen dos tipos de motivos; uno es el deseo de obtener obediencia o sumisión de una persona en un tema que uno apoya o para castigar su falta de sometimiento. El segundo es el deseo de poseer a la persona como un objeto para proyección de nuestros sentimientos de ser insignificantes o malos, o el solo deseo de poseer. Esta segunda, nos dice, eleva el silenciamiento al nivel de una fuerza patológica eficaz.

 

Veamos algunos ejemplos. Un hombre en un diálogo con su pareja sabe que en lo que argumenta no tiene la razón. Dice que su pareja tiene que hacer las cosas como él entiende y quiere. Busca por todos los medios hacerle creer que está equivocada, que   le ha faltado a lo prometido, pero sabe que no es así. Ataca y luego deja de hablarle como castigo, y   para que crea que es la que está equivocada.

 

Segundo, el integrante de la pareja, que reiteradamente está dialogando pero, de repente, el otro se retira sorpresivamente y no continua la conversación, dejando la sensación del desinterés en escuchar y, peor aún, el desagrado  que genera el no ser escuchado.

 

 

Por último, cuando la pareja dice algo que no es del agrado del otro, se enoja, se va abruptamente y desaparece por horas o días. Deja la sensación culposa en el interlocutor: “Qué hice mal” “qué dije, que no debí decir”

 

La persona atrapada en estas estrategias silenciadoras, puede darse  cuenta del poder de éstas, descubrir  a su silenciador  evidenciando y rechazando seguir en eljuego perverso. Descubre que su silenciador  intenta  reiteradamente acallarle,  negándole  la posibilidad de dialogar y expresarse libremente.

 

Darse cuenta del ciclo silenciador de la comunicación,  que impide un diálogo genuino y espontáneo, libera de la angustia e incertidumbre a la persona receptora  del mensaje, hace posible el quebrantamiento del ciclo silencioso desconcertante.  Permite decirle al silenciador  que no entrará al juego. Así se sentirá más segura, con mejor control de sí. Se liberará de la angustia.

 

El silenciador perderá poder sobre la persona silenciada, esta no  reaccionará con angustia, confusión e indefensión. El objetivo consiste  en salir y no reaccionar dentro del oscurantismo patológico.

 

Comunicar y no comunicar son  poderosas señales y códigos que estimulan la reciprocidad genuina del diálogo o la aniquilan.

 

Toda persona tiene derecho a un diálogo genuino, libre y espontáneo con aquel con quien convive y al que ama.

 

Estos patrones de comunicación pueden ser aprendidos en el núcleo familiar o intencionalmente, en la vida adulta, cuando se busca aniquilar emocionalmente a la persona receptora del mensaje.


 

 

 

 

 

 

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