Hijos y tipos de apego
- Soraya Lara
- Nov 13, 2018
- 2 min read
Updated: Nov 14, 2018
Pregunta de la lectora: Somos cuatro hermanos. Uno de ellos se ha distanciado y no
comprendemos lo que sucede. Las pocas veces que nos reunimos, ante cualquier cosa
que digamos se siente ofendido y se retira. ¿Cree que podría desapegarse de
nosotros?
Respuesta de la terapeuta: La personalidad es el resultado del carácter, el
temperamento y el sistema de creencias. Inciden factores biológicos, individuales,
familiares y culturales que conforman la ecología humana.
El tipo de apego establecido por los hijos con sus padres u otras figuras de cuidados en
los primeros años es fundamental en la estructura de personalidad, en el posterior
desarrollo y en la forma de vincularse en la adultez.
Existe una asociación entre las figuras parentales, el cuidado, el amor, la protección, la
seguridad y la confianza expresados que consolidan el tipo de apego.
El tipo de apego seguro, evitativo, ambivalente o desorganizado establecido se
manifestará en la etapa adulta. El apego seguro se caracteriza por una relación en la
que los hijos se sienten cómodos, establecen contactos con los padres, no se inquietan
ante la separación temporal y mantienen el sentimiento de pertenencia. Sus padres
son fuentes de seguridad y se sienten aceptados.
En el apego evitativo el comportamiento de los niños con sus padres es distante, se
muestran temerosos, pueden ser indiferentes y fríos cuando una persona adulta
intenta establecer una relación.
El último el modelo de relación suele ser caótico, cambiante; hay desapego de una
persona y se desapegan a una persona para apegarse a otra y la relación es superficial.
Si los padres no fueron emocionalmente predecibles, si existía un modelo de crianza
de tipo negligente o de malos tratos físicos, el malestar emocional de sus padres hacia
ellos se acrecienta y las relaciones se deterioran.
La confianza básica de los hijos se fragmenta, crece la sensación de malestar
psicológico y de percibirse víctimas de sus padres lo que, a su vez, aumenta la
probabilidad de que se dé una separación total o parcial.
La familia se observa y se comprende como un todo en interacción y en un contexto
íntimo en el que todos se influencian. El comportamiento de uno afecta a los demás y
viceversa.
Los hijos se relacionan con sus padres según el tipo de apego y la percepción que
tienen de considerarse víctimas o no de la familia.
En la adultez cada uno es responsable de su apego y su estilo de relación.

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