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  • Writer's pictureSoraya Lara

Recomendaciones para mujeres que viven con sus parejas agresoras.


Pregunta de la lectora: Muchas mujeres en la República Dominicana se encuentran en una situación difícil al convivir con sus agresores. Muchos no se conforman con tan solo golpearlas, sino que las matan cruelmente. Creo que están aterradas. ¿Es posible que mantengan la convivencia por miedo? ¿Podría indicar algunas recomendaciones?

Respuesta de la terapeuta: Las mujeres que se encuentran en una relación de maltrato o violencia sienten miedo ante las conductas intimidatorias de sus parejas o exparejas. Las amenazan de muerte, con quitarles los hijos, dejarlas en la calle o hacerles un escándalo para que todos crean que son las causantes del problema y que están locas.

Las amenazas están presentes en cualquier momento. Buscan la forma de intimidarlas. Por ejemplo, les dicen: “Parece que quieres ser la próxima en salir en la televisión”; insinúan que las matarán. En otros casos dicen: “No me importa ir preso, tarde o temprano saldré de la cárcel”. Intentan asfixiarlas apretándoles fuertemente el cuello para que crean que sus amenazas son reales.

Si portan armas de fuego les apuntan sin disparar, pues saben que con esta acción las torturan. Agarran cuchillos para amenazarles. Recomiendo a las personas que conocen a mujeres que sufren esta situación, no dejarlas solas. Hay que ofrecerles ayuda, información, decirles hacia dónde dirigirse a buscar apoyo psicoterapéutico, orientarlas en cuanto a denunciar. Además, facilitarles dinero para resolver problemas esenciales en caso necesario.

Se debe creer lo que le cuentan, pues es difícil que una mujer mienta sobre los hechos violentos, psicológicos, sexuales o económico a los que han estado sometidas. Si no les creen se erige una barrera entre la posibilidad de solicitar ayuda, salir de la situación y reestablecerse. Es importante ofrecerles un espacio de confianza en el que puedan expresarse sin miedo a ser juzgadas.

Hay que concienciarles para que comprendan que de mantenerse aisladas y sin contar con un grupo de apoyo fuerte como es su familia de origen, la extendida y las amistades de confianza, estarán inmersas en la misma situación con la percepción de que no pueden hacer nada por ellas mismas y sus hijos, cuando existen tantas posibilidades para salir de esa trampa abusiva.

Además, hay que hacerles comprender que mantenerse en convivencia con sus agresores pueden acarrearles mayores consecuencias de tipo psicológico que podrían generarles depresión, ansiedad, sentimientos de desesperanza, indefensión y miedo.

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