Pregunta de la lectora: Una psicóloga que evaluó a mi hija me expresó que ella me
percibía como una madre posesiva. Admito que la sobreprotejo, pero no creo ser
posesiva. ¿Qué podría decir al respecto?, ¿Necesito ayuda para cambiar?
Respuesta de la terapeuta: Entre ambas actitudes existe un punto en común, limitar la autonomía y la expresión de las capacidades de su hija.
Las implicaciones de la sobreprotección impiden que su hija pueda afrontar los retos
que le conllevarían a crecer, aprender, desarrollar destrezas y aprender a valerse por sí misma.
En cuanto a la posesividad, representa una situación delicada, dado que el proceso de individuación o autonomía se ve afectado. La hija, independientemente de la edad, podría creer que no es capaz por sí sola y que necesita valerse de usted para lograr sus objetivos y metas y para la toma de decisiones.
Quizás, usted piensa que la ayuda a aprender y a no cometer errores, pero en el fondo puede anidarse la inseguridad y la desconfianza. Tarde o temprano su hija, cuando crezca, se dará cuenta.
En principio, es probable que ella asuma una actitud de inseguridad por temor a equivocarse y decepcionarla, o que usted le haga sentir que es inútil. Quizás, para no cometer errores y no tener que enfrentarla, prefiera consultarla cada vez que tenga que decidir o hacer algo.
Así se configura una estructura psíquica de dependencia. Temerá ser rechazada, castigada y recriminada, por lo que preferirá buscar aprobación o no decidir hasta tanto usted le apruebe.
Sería interesante, que usted reflexionara sobre lo que la profesional le explicó. Generalmente, la primera actitud es negarlo que sea cierto. Pero, si se reconoce la situación y se evalúa el patrón relacional que caracteriza la dinámica dominio- sumisión, podrá darse cuenta de qué podría cambiar con relación a su rol de madre.
Pregúntese: ¿Por qué considero que mi hija no es capaz de valerse por sí misma?,
¿Qué ideas tengo sobre ella que me llevan a comporte de esa manera?, ¿Qué temo, en caso de que ella no satisfaga mis expectativas y las de su padre?
Los temores y las expectativas irreales de los padres se proyectan a través de las exigencias, la sobreprotección y conductas de posesividad, con la finalidad de que los hijos se plieguen a sus demandas y exigencias y abandonen su yo autónomo.

Comments