Pregunta del lector: La mayor del tiempo estoy de buen humor y siempre evito
problemas con extraños y en el trabajo. Sin embargo, con mi pareja y mis hijos tiendo a ponerme de mal humor muy fácilmente. Cuando medito al respecto, no encuentro razón para estos arranques de cólera. ¿Algo anda mal en mí?
Respuesta de la terapeuta: Al parecer, usted ha desarrollado la destreza de evitar
conflictos fuera de su entorno familiar porque reconoce que tendría un arrebato de ira y que esto le podría traer consecuencias en el trabajo o con las personas no conocidas.
Es lo que algunos autores llaman criterio de selectividad.
Se aprende a discriminar contra quien se puede expresar la ira sin sufrir las
consecuencias. Si entra en conflicto con otras personas tendría que encarar la
situación y las reacciones de defensa de los ofendidos.
En la familia cada quien se comporta tal como es, sin tener que presentar una imagen falsa. Además, si se conoce la vulnerabilidad de la pareja y se sabe que ellos hijos no pueden defenderse de sus explosiones, usted se mantendrá reaccionando igual. No se cambia lo que da resultado.
En primer lugar, sus hijos no pueden defenderse sin son menores. Segundo, si ellos
reconocen la autoridad no se atreverán a enfrentarlo para detenerlo y lograr que
modifique su comportamiento. Tercero, quizás su pareja intentó defenderse o
explicarle el efecto que tiene sobre ella y no obtuvo los resultados esperados.
Por lo tanto, la actitud de indefensión de su familia refuerza su conducta y usted no se ve en la imperiosa necesidad de cambiar.
Además de reconocer que es iracundo, le sugiero pensar respecto a lo siguiente:
Determine desde cuándo siente ira; cada vez que explote analice los sucesos
estresantes acumulados ¿qué interpreta acerca de ellos? Revise su repertorio de
afrontamiento al estrés, constante si trata de justificarse culpando a los demás de
provocarlo.
Siempre tenga presente que la ira también le hace daño. Cada reacción afecta su
organismo. Deténgase a sentir lo que pasa con su cuerpo cada vez que siente ira.
Cierre los ojos y concéntrese en registrar los cambios en la respiración, la frecuencia
cardíaca y la tensión corporal.
Además, tome en cuenta que la sensación de malestar podría durar horas y días. La
situación se torna seria.
Lea acerca de la ira y cómo controlarla, si no busque ayuda.
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