Pregunta del lector: Entraré en la etapa de retiro del trabajo. Aún soy productivo. ¿Qué me recomienda?
Respuesta de la terapeuta: El ciclo laboral es una realidad que atañe a todos independientemente del tipo de trabajo.
Hay que considerar ciertos aspectos que pueden incidir y generar ansiedad en las personas relacionados con las características socioeconómicas, académicas y personales.
La pobreza retrasa considerablemente la decisión de retirarse, porque implicaría incrementar el índice de vulnerabilidad de la persona, sobre todo, si reside en un país en el que no se cuenta con una seguridad social que garantice el bienestar.
Los profesionales independientes podrán elegir su fecha de retiro de acuerdo con sus ahorros y su pensión privada, y si han hecho inversiones que les garanticen seguridad.
Otros, prefieren mantenerse activos porque no saben retirarse, han aprendido a valorarse por la profesión u oficio. Temen asumir el proceso de envejecimiento y ser considerados inservibles.
La etapa de retiro está establecida por la ley. Ahora bien, algunas empresas suelen considerar a los empleados que hacen aportes importantes, y por sus experiencias y los conocimientos adquiridos los preservan con valor activo.
Sin embargo, otros deciden asumir el ciclo y disfrutar de los planes pospuestos por asuntos laborales. Algunos decidirán reinventarse y continuar con sus aportes desde otra dimensión como la social o cultural, el altruismo o involucrarse en actividades de sus iglesias.
Otros se ven obligados a asumir el retiro por enfermedades incapacitantes.
La actitud, la visión, el estilo de afrontamiento optimista y la capacidad de adaptación son factores que contribuyen a superar las incertidumbres propias de la etapa.
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