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Comunicación abierta en la intimidad emocional y sexual

Writer: Soraya LaraSoraya Lara

Pregunta del lector: Quiero conocer su opinión acerca de si es recomendable que las

parejas vean videos pornográficos con el fin de estimular las fantasías sexuales.


Respuesta de la terapeuta: Contestaré con cautela, pues mi especialidad no es en terapia sexual, sino los sistemas familiares.


La sexualidad en la especie humana ha evolucionado durante siglos. Su desarrollo y

evolución no escapa a las condiciones culturales, religiosas, de salubridad y de la

política.


La sexualidad femenina en un periodo de la humanidad fue restringida y solo

considerada con fines procreativos. En los países occidentales, las mujeres han asumido cambios en su experiencia y goce sexuales, los cuales deben ser tomados en consideración.


La mujer también decide si quiere o no exponerse al material pornográfico. Si ella

considera que posee flexibilidad mental para fantasear y crear nuevas experiencias

sexuales atractivas, novedosas y gratificantes sin tener que recurrir a la pornografía, es probable la rechace, excepto que quiera complacer a su pareja.


En torno a si la pornografía beneficia o no la relación sexual, hay diferentes posturas al respecto. Una de ellas se basa en la generación de expectativas poco realistas respecto al desempeño sexual y el cuerpo.


¿Estarían exentos de comparar sus cuerpos con las imágenes que observan?

¿Compararían el desempeño sexual individual? ¿Podría generar algún tipo de

disfunción sexual no cumplir con las expectativas de rendimiento? En términos

comparativos, ¿sentirse incapaz y poco atractivo impactaría en la satisfacción sexual y en la autoestima?


El otro extremo estaría el abuso o uso continuo sin control que podría generar adicción a la pornografía. El adicto pierde el interés sexual por su pareja. Los estímulos sexuales que existían anteriormente podrían verse comprometidos y disminuir considerablemente.


Estas personas necesitan consumir más este tipo de material, pierden la capacidad de fantasear e imaginar. Podrían desarrollarse problemas de erección o dificultades para alcanzar un orgasmo. ¿En cuál posición quedaría la comunicación, la cercanía

emocional y la capacidad de expresar el afecto?


Si esto ocurre, la pareja podría sentirse desplazada, rechazada y su autoestima puede disminuir.


Terapeutas sexuales podrían recomendar material pornográfico de calidad para

normalizar la sexualidad, estimular el deseo y la excitación y promover fantasías que

contribuyan al erotismo en la pareja.


Un buen recurso sexual, es la capacidad de recrear nuevas situaciones, fantasear en

conjunto y comunicarse abiertamente en la intimida emocional y sexual.



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